San Felice

La finca se encuentra en el municipio de Castelnuovo Berardenga cerca de Siena a unos 400 metros sobre el nivel del mar. Con sus más de 140 hectáreas de viñedos, sus casi 17.000 olivos, la bodega y el prestigioso hotel, San Felice es un ejemplo único de convergencia de diferentes actividades productivas, científicas y turístico-culturales. Es una empresa innovadora que sabe adelantar las tendencias del mercado y que apuesta por la investigación y la experimentación valorizando la tipicidad y la unicidad del territorio y manteniendo un estrecho vínculo con la tradición.

A mediados de los años ochenta del siglo XX en vez de volcarse hacia variedades internacionales, tal y como estaban haciendo muchos productores de aquella época, San Felice identificó en su viñedo experimental llamado Vitiarium algunas uvas autóctonas olvidadas que las emplearía para un ensamblaje futuro con la cepa Sangiovese.

Las bodegas, ubicadas en edificios del siglo XIX totalmente restructurados, constituyen uno de los primeros ejemplos modernos de instalaciones de vinificación y de crianza. Con tan solo una breve visita es posible darse cuenta de qué manera la tradición acompaña la innovación, el pasado y el presente. Aquí las tecnologías más evolucionadas conviven con los barriles de roble de Eslavonia, los toneles y las barricas de roble francés.

La finca se encuentra en el municipio de Castelnuovo Berardenga cerca de Siena a unos 400 metros sobre el nivel del mar. Con sus más de 140 hectáreas de viñedos, sus casi 17.000 olivos, la bodega y el prestigioso hotel, San Felice es un ejemplo único de convergencia de diferentes actividades productivas, científicas y turístico-culturales. Es una empresa innovadora que sabe adelantar las tendencias del mercado y que apuesta por la investigación y la experimentación valorizando la tipicidad y la unicidad del territorio y manteniendo un estrecho vínculo con la tradición.

A mediados de los años ochenta del siglo XX en vez de volcarse hacia variedades internacionales, tal y como estaban haciendo muchos productores de aquella época, San Felice identificó en su viñedo experimental llamado Vitiarium algunas uvas autóctonas olvidadas que las emplearía para un ensamblaje futuro con la cepa Sangiovese.

Las bodegas, ubicadas en edificios del siglo XIX totalmente restructurados, constituyen uno de los primeros ejemplos modernos de instalaciones de vinificación y de crianza. Con tan solo una breve visita es posible darse cuenta de qué manera la tradición acompaña la innovación, el pasado y el presente. Aquí las tecnologías más evolucionadas conviven con los barriles de roble de Eslavonia, los toneles y las barricas de roble francés.

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