Distilleria Romano Levi

La destilería fue construida por Serafino Levi y estaba equipada, entonces como ahora, con un alambique de fuego directo, según se desprende de una de las raras entrevistas concedidas por su hijo Romano en 1991: "... entonces había muchas... las destilerías solían trabajar con fuego directo. Un aparato Malba, porque yo oía siempre Malba, luego vi en Bocchino's, que tiene la sala con los alambiques a la vista, estaba Malba Giovanni Ricostruzioni Meccaniche Asti o Malba Fratelli, algo así, y el nuestro debía ser un aparato Malba.. para mí, que ahora creo que puedo decir que lo conozco bastante bien si no muy bien, porque llevo 46 años destilando, es un aparato que va muy bien, es una pequeña joya, un juguete, que si le das lo que quieres, lo que necesitas, si no lo aprietas, si te conviene, hace milagros... ... Creo que este Malba Giovanni era también un destilador porque hacían muy bien este aparato; además de diseñarlo, si lo diseñaban, lo hacían muy bien.
Hoy, la casa-destilería de la familia Levi es un museo vivo y productivo de la Grappa, una verdadera isla del tiempo, donde el Genius Loci de Romano Levi flota por doquier en el arte, en los métodos y tiempos de trabajo, en los objetos sencillos y esenciales, en las fragancias y la serenidad. La destilería está siempre abierta a todos; es un poco más difícil encontrar algunas botellas listas para la venta, ya que la limitadísima capacidad de producción no puede satisfacer la demanda que llega de todo el mundo, pero los entendidos lo saben, disfrutan de la serenidad del lugar, no se enfadan, esperan o vuelven a probar con paciencia.