Dom Perignon

En 1668, Dom Pierre Pérignon, monje benedictino, fue nombrado procurador de la abadía de Hautvillers. En una época en la que el empirismo desempeñaba un papel preponderante, Dom Pierre Pérignon desarrolló técnicas revolucionarias para la viticultura y la producción de vino, basadas en reglas precisas. Modernizó la Abadía, decidió devolver a los viñedos su antiguo esplendor y se propuso producir "el mejor vino del mundo". El "vino" de Dom Pérignon se convirtió en uno de los más codiciados de Francia. Se sirve en Versalles e incluso es apreciado por Luis XIV. Profundamente inspirado, su visión revolucionó la industria vinícola, con normas que aún hoy siguen siendo el núcleo de la producción de Champagne. El legado de Dom Pierre Pérignon sigue inspirando la visión creativa de la Maison.

En 1668, Dom Pierre Pérignon, monje benedictino, fue nombrado procurador de la abadía de Hautvillers. En una época en la que el empirismo desempeñaba un papel preponderante, Dom Pierre Pérignon desarrolló técnicas revolucionarias para la viticultura y la producción de vino, basadas en reglas precisas. Modernizó la Abadía, decidió devolver a los viñedos su antiguo esplendor y se propuso producir "el mejor vino del mundo". El "vino" de Dom Pérignon se convirtió en uno de los más codiciados de Francia. Se sirve en Versalles e incluso es apreciado por Luis XIV. Profundamente inspirado, su visión revolucionó la industria vinícola, con normas que aún hoy siguen siendo el núcleo de la producción de Champagne. El legado de Dom Pierre Pérignon sigue inspirando la visión creativa de la Maison.

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