Le Ragnaie

La finca Le Ragnaie cuenta con una superficie de 28 hectáreas en el municipio de Montalcino en la provincia italiana de Siena. Nuestros terrenos están cultivados con viñedos y olivares de acuerdo con las pautas de la agricultura orgánica y están ubicados en tres diferentes zonas del territorio de Montalcino, lo que nos permite vinificar uvas procedentes de tres terruños: Le Ragnaie, Petroso y Castelnuovo dell’Abate.

Tenemos la suerte de cultivar viñedos sumamente adecuados en tres diferentes microzonas de Montalcino, lo que nos permite obtener vinos muy diferentes que atestiguan su territorio de procedencia.

No usamos productos químicos salvo el caldo bordolés y el azufre en polvo que están permitidos en el ámbito de la agricultura orgánica.

No usamos fertilizantes salvo un abono verde obtenido en otoño a partir de plantas leguminosas, tréboles y otras hierbas que ayuda a regenerar los terrenos tras las operaciones del verano y los enriquece con sustancias orgánicas que llegan en profundidad hasta las raíces de las diferentes especies sembradas.

Además, el cultivo impide la erosión y favorece la absorción del agua por parte de los suelos, es el ambiente ideal para muchas especies animales e insectos garantizando la formación de un ecosistema lleno de vida indispensable para la salud de los viñedos.

La finca Le Ragnaie cuenta con una superficie de 28 hectáreas en el municipio de Montalcino en la provincia italiana de Siena. Nuestros terrenos están cultivados con viñedos y olivares de acuerdo con las pautas de la agricultura orgánica y están ubicados en tres diferentes zonas del territorio de Montalcino, lo que nos permite vinificar uvas procedentes de tres terruños: Le Ragnaie, Petroso y Castelnuovo dell’Abate.

Tenemos la suerte de cultivar viñedos sumamente adecuados en tres diferentes microzonas de Montalcino, lo que nos permite obtener vinos muy diferentes que atestiguan su territorio de procedencia.

No usamos productos químicos salvo el caldo bordolés y el azufre en polvo que están permitidos en el ámbito de la agricultura orgánica.

No usamos fertilizantes salvo un abono verde obtenido en otoño a partir de plantas leguminosas, tréboles y otras hierbas que ayuda a regenerar los terrenos tras las operaciones del verano y los enriquece con sustancias orgánicas que llegan en profundidad hasta las raíces de las diferentes especies sembradas.

Además, el cultivo impide la erosión y favorece la absorción del agua por parte de los suelos, es el ambiente ideal para muchas especies animales e insectos garantizando la formación de un ecosistema lleno de vida indispensable para la salud de los viñedos.

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