Domaine de la Janasse

En 1967, Aimé Sabon regresó del servicio militar y se dedicó a los viñedos que había heredado de su padre y que hasta entonces se habían utilizado para suministrar uvas a cooperativas. En 1973, Aimé construyó su propia bodega. Nacía así el Domaine de la Janasse, bautizado con el nombre de la explotación familiar que se encontraba en Courthézon, en "La Janasse". Aimé era ambicioso. Sabía que tenía unas tierras fabulosas y quería ampliar la propiedad adquiriendo nuevos viñedos. De las 15 hectáreas iniciales, La Janasse ha pasado a tener más de 90. Con su estructura fragmentada, más de sesenta parcelas, la zona de La Janasse abarca un mosaico de terruños. Las variedades blancas y Syrah se plantaron preferentemente en suelos calizos y arenosos orientados al este de la denominación, con el fin de preservar la frescura, la acidez y la finura. Las variedades Mourvedres se plantaron en suelos arcillo-calcáreos cubiertos de piedras de río para conseguir una maduración perfecta.

En 1967, Aimé Sabon regresó del servicio militar y se dedicó a los viñedos que había heredado de su padre y que hasta entonces se habían utilizado para suministrar uvas a cooperativas. En 1973, Aimé construyó su propia bodega. Nacía así el Domaine de la Janasse, bautizado con el nombre de la explotación familiar que se encontraba en Courthézon, en "La Janasse". Aimé era ambicioso. Sabía que tenía unas tierras fabulosas y quería ampliar la propiedad adquiriendo nuevos viñedos. De las 15 hectáreas iniciales, La Janasse ha pasado a tener más de 90. Con su estructura fragmentada, más de sesenta parcelas, la zona de La Janasse abarca un mosaico de terruños. Las variedades blancas y Syrah se plantaron preferentemente en suelos calizos y arenosos orientados al este de la denominación, con el fin de preservar la frescura, la acidez y la finura. Las variedades Mourvedres se plantaron en suelos arcillo-calcáreos cubiertos de piedras de río para conseguir una maduración perfecta.

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