En Piamonte, la viticultura ocupa una posición fundamental en el sector agrícola de la región. En 2009, la producción ascendió a más de 2.858.000 hl de vino, con un claro predominio de los vinos tintos, una tradición que ya se apreciaba en la época romana y con raíces consolidadas en las zonas de Langhe, Monferrato y Asti.
En Piamonte, las viñas están casi todas en las colinas, garantía de calidad y prestigio; el clima, el suelo, las cepas y la intervención competente y apasionada del hombre hacen el resto. La vid más extendida es la Barbera, que ocupa 1/3 de la superficie cultivada, repartida en varias zonas, en las que expresa su carácter de diferentes maneras. Dotada siempre de una excelente acidez, en la zona de Alba da vinos más estructurados y con buena predisposición al envejecimiento, en las zonas de Monferrato y Asti es más fresca y afrutada. Otras cepas importantes son Moscato Bianco, Dolcetto, definido como el vino del Piamonte, Cortese, con estructura y delicados aromas de fruta y flores blancas, Freisa, con matices de flores y pequeños frutos rojos, Bracchetto, fresco y aromático, y Grignolino, del que se obtienen vinos agradables pero poco estructurados.
Sin embargo, el príncipe de las vides piamontesas es el Nebbiolo, de bayas muy densas y pequeñas, de color azul oscuro, muy sensible a las mínimas diferencias de suelo y clima, y padre de los grandes tintos piamonteses. Barolo y Barbaresco destacan sobre todos los demás, pero también Gattinara, Ghemme y Roero, así como Boca, Fara, Lessona, Bramaterra y otros, saben expresar su excelente personalidad. Barolo, rey de los vinos y vino de reyes, ligado a antiguas tradiciones, se encuentra hoy en el centro de una especie de dualismo filosófico entre quienes siguen elaborándolo de forma absolutamente tradicional, con crianza en grandes barricas, y quienes prefieren un paso por barricas más pequeñas, para suavizar más rápidamente su tanicidad decidida y austera.
Entre las variedades de uva blanca, aproximadamente la mitad que las tintas, destaca el Moscato blanco, del que se obtienen el Asti Spumante y el Moscato d'Asti; del primero se produjeron en 2002 más de 80 millones de botellas, un tercio de toda la producción nacional de espumosos y cerca de la mitad de la producción de VQPRD de la región, la mayor parte de la cual se vende en los mercados extranjeros, donde encuentra los mayores admiradores.
En los últimos años, en las Langhe -durante siglos reinado indiscutible sólo de los grandes tintos- algunas variedades internacionales de uva blanca, sobre todo la chardonnay, se han hecho un importante hueco con productos de alto nivel, como el Alta Langa DOC. Además de la producción de espumosos de todo tipo, obtenidos por re-fermentación en botella y en autoclave, secos y dulces, Piamonte destaca también por su producción de vinos aromatizados, como el Vermut y el Barolo Chinato.