Bric Cenciurio

El nombre de nuestra explotación proviene del nombre de un antiguo viñedo familiar, situado en un lugar histórico para la viticultura en el Roero, llamado Bric Cenciurio.

Partiendo de este viñedo, en 1990 Franco Pittatore y su cuñado Carlo Sacchetto, decidieron unir sus tierras en Barolo y en el Roero, para dar vida al sueño de producir vinos de alta calidad respetando la tradición. Un sueño, pero también un proyecto sólido, que hoy llevan adelante los hijos de Franco, Alessandro y Alberto, en los viñedos que poseen en Barolo, Castellinaldo y Magliano Alfieri. Su empeño en mantener vivas las buenas prácticas agrícolas aprendidas de sus padres y abuelos, perfeccionadas por sus estudios enológicos y su continua investigación, se traduce en salvaguardar el equilibrio natural de la Tierra.

El trabajo estrictamente manual, con el mismo cuidado y atención en cada viñedo, una parte de la tierra dejada al bosque, la renuncia a aumentar la producción para mantener la biodiversidad y un microclima ideal, son el signo concreto de un compromiso que continúa en la bodega, con el máximo respeto por la materia prima uva y sus tiempos naturales.

El nombre de nuestra explotación proviene del nombre de un antiguo viñedo familiar, situado en un lugar histórico para la viticultura en el Roero, llamado Bric Cenciurio.

Partiendo de este viñedo, en 1990 Franco Pittatore y su cuñado Carlo Sacchetto, decidieron unir sus tierras en Barolo y en el Roero, para dar vida al sueño de producir vinos de alta calidad respetando la tradición. Un sueño, pero también un proyecto sólido, que hoy llevan adelante los hijos de Franco, Alessandro y Alberto, en los viñedos que poseen en Barolo, Castellinaldo y Magliano Alfieri. Su empeño en mantener vivas las buenas prácticas agrícolas aprendidas de sus padres y abuelos, perfeccionadas por sus estudios enológicos y su continua investigación, se traduce en salvaguardar el equilibrio natural de la Tierra.

El trabajo estrictamente manual, con el mismo cuidado y atención en cada viñedo, una parte de la tierra dejada al bosque, la renuncia a aumentar la producción para mantener la biodiversidad y un microclima ideal, son el signo concreto de un compromiso que continúa en la bodega, con el máximo respeto por la materia prima uva y sus tiempos naturales.

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