Todo empezó hace más de 40 años, cuando mi padre, Danilo, todavía estudiante de enología, conoció a mi madre y con ella a un gran agricultor, mi abuelo Ilario. En aquellos años mi abuelo tenía algo más de una hectárea de Malvasía cerca de su casa y, como buen agricultor, vendía toda su producción en garrafas. Al terminar la escuela, mi padre empezó a trabajar en una destilería y en sus ratos libres ayudaba a mi abuelo en el campo y en la 'bodega'. En aquellos años nacimos Luca, mi hermana Paola y yo. Con nosotros nació también un negocio llamado 'La Contea'. Nosotros, que hoy estamos aquí para contar esta historia, crecimos con nuestros abuelos maternos. Mamá y papá habían comenzado una aventura más grande que sus propios sueños, y después de trabajar sus ocho horas diarias como empleados bajaban al sótano para intentar consolidar sus esfuerzos y sacrificios día tras día. Tantos recuerdos de aquellos años siguen vivos y presentes en nuestra memoria. Como cuando todos estábamos ocupados durante un día entero embotellando de 2 a 300 botellas. Las etiquetas se pegaban completamente a mano, las entregas se hacían los sábados, en persona, para mimar a los pocos clientes. Eran años en los que aún no se hablaba del "extranjero" y menos aún del comercio electrónico. Todo se basaba en un apretón de manos y unas cuantas llamadas telefónicas. Luego llegó la época de los grandes cambios. Vimos cómo el mundo del vino cambiaba rápidamente: todo el mundo empezaba a atacar los mercados internacionales y a aumentar las ventas exponencialmente... ...mientras nosotros nos preguntábamos qué estábamos haciendo mal en la cena, por qué todo nuestro trabajo y todos los sacrificios para producir vinos de calidad no nos hacían 'despegar'.
Hasta que un día recibimos una llamada telefónica: un importador americano buscaba Prosecco, y sí, también se había puesto en contacto con nosotros. Era un día frío y lluvioso cuando llegó la persona designada para encontrar 'el mejor Prosecco', y estábamos tremendamente tensos. Éramos conscientes de la calidad de nuestros productos pero sabíamos que nuestra bodega, entonces un sótano no mucho más grande que un garaje, no estaba desde luego a la altura de todas esas grandes bodegas de la zona, que nuestro inglés no era el mejor y que no somos 'vendedores' sino simples productores. Y sin embargo, aquí está, es imposible describir nuestras caras en el momento en que supimos que habíamos sido seleccionados para exportar nuestros vinos a EE.UU. Desde aquel día han pasado 10 años, hemos crecido, hemos cometido muchos errores y hemos aprendido mucho. Una cosa en nosotros no ha cambiado... trabajar por la calidad. Y aquí estamos, delante del PC, después de una cena familiar, contando toda (o casi toda) la historia de una empresa y una familia que ha sido capaz de convertir un sueño en realidad.
Bele Casel
Enólogo
Danilo e Luca Ferraro
Botellas producidas
120.000
Hectáreas
12
Tipo de cultivo
Agricultura orgánica
Ubicación
Via Moresca, 136/B - Caerano San Marco (TV) Italia
Véneto
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