Una bodega con los más altos estándares de calidad, con una historia que se remonta a 1908 y un entorno especialmente motivado, respaldada por nada menos que trescientas cincuenta hectáreas de viñedo, entre 250 y 700 metros sobre el nivel del mar, donde prospera una larga serie de variedades.
El alto contenido mineral de los suelos y las viñas viejas que han logrado un equilibrio óptimo de crecimiento, trabajadas con bajos rendimientos por cepa, son los requisitos previos que garantizan a los vinos de la finca su proverbial bondad y medida, pero también longevidad para quienes sepan esperarlos algún tiempo en sus bodegas. El Cabernet Mumelter Riserva 2016 ofrece las emociones más intensas, pero el Lagrein Taber Riserva 2016 le sigue de cerca.