Figli Luigi Oddero

Nuestra empresa se fundó gracias a Luigi Oddero, enólogo y hombre de gran curiosidad y cultura, profunda y visceralmente enamorado de su tierra, la Langa. Un caballero del campo, como lo definió Mario Soldati en su entrevista de 1975 recogida en el libro Vino al Vino, que encarnaba el espíritu campesino y la visión a largo plazo, representando la fusión entre las energías del pasado y el deseo de mirar hacia el futuro. Una figura carismática siempre a caballo entre el progreso y la conservación, atento a las innovaciones técnicas pero sin olvidar su propia historia familiar iniciada en el siglo XIX por sus abuelos, que ya eran productores y comerciantes de vino. En el viñedo, Luigi, aunque experimentaba e introducía cepas internacionales, siempre daba preferencia a la cepa príncipe de Langa, el Nebbiolo, y mantenía todas las demás cepas tradicionales de la zona, como el Barbera, el Dolcetto y el Freisa. En un pasado reciente, prefirió seguir el camino de la vinificación tradicional de Barolo, continuando con el uso de grandes barricas. Luigi no era sólo un vinicultor: su pasión por su tierra le llevó también al cultivo de avellanas, melocotones y otros frutos típicos de la Langa. Hoy, tras la muerte de Luigi, la empresa está dirigida por su esposa Lena y sus hijos, Maria y Giovanni, cuyos nombres hacen honor a sus abuelos, aquellos que iniciaron la centenaria historia de la empresa. También aquí la tradición se convierte en continuidad, con un hilo que une el principio del siglo XIX, el presente y el futuro.

Nuestra empresa se fundó gracias a Luigi Oddero, enólogo y hombre de gran curiosidad y cultura, profunda y visceralmente enamorado de su tierra, la Langa. Un caballero del campo, como lo definió Mario Soldati en su entrevista de 1975 recogida en el libro Vino al Vino, que encarnaba el espíritu campesino y la visión a largo plazo, representando la fusión entre las energías del pasado y el deseo de mirar hacia el futuro. Una figura carismática siempre a caballo entre el progreso y la conservación, atento a las innovaciones técnicas pero sin olvidar su propia historia familiar iniciada en el siglo XIX por sus abuelos, que ya eran productores y comerciantes de vino. En el viñedo, Luigi, aunque experimentaba e introducía cepas internacionales, siempre daba preferencia a la cepa príncipe de Langa, el Nebbiolo, y mantenía todas las demás cepas tradicionales de la zona, como el Barbera, el Dolcetto y el Freisa. En un pasado reciente, prefirió seguir el camino de la vinificación tradicional de Barolo, continuando con el uso de grandes barricas. Luigi no era sólo un vinicultor: su pasión por su tierra le llevó también al cultivo de avellanas, melocotones y otros frutos típicos de la Langa. Hoy, tras la muerte de Luigi, la empresa está dirigida por su esposa Lena y sus hijos, Maria y Giovanni, cuyos nombres hacen honor a sus abuelos, aquellos que iniciaron la centenaria historia de la empresa. También aquí la tradición se convierte en continuidad, con un hilo que une el principio del siglo XIX, el presente y el futuro.

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