Feudo Montoni

En 1469 d.C., en el corazón de Sicilia, en el Principado de Villanova, la noble familia aragonesa Abatellis construyó el baglio (típico edificio siciliano de patio cuadrangular). Seiscientos años después, en las mismas bodegas, de las mismas tierras, se producen nuestros vinos. Ya en 1595, Andrea Bacci, agrónomo y médico del Papa Sixto V, en las páginas de "De Naturali Vinorum Historia", el primer tratado enológico italiano, elogiaba la tradición vitivinícola y las cualidades del vino producido en estas tierras.

A finales del siglo XIX, la historia del Feudo Montoni está ligada a la de la familia Sireci. El abuelo de Fabio, Rosario, compró el Feudo reconociendo en él características particulares ligadas al terruño y a su biodiversidad. Encontró antiguas plantas de Perricone, Nero d'Avola, Catarratto...; se enamoró sobre todo de los vinos de esas uvas, que presentaban rasgos elegantes e insólitos, y por eso compró el feudo, en el que se guardaba el secreto. Elio, el padre de Fabio, en la segunda mitad de los años sesenta seleccionó las mejores plantas de la finca (Selezione Massale) con las que plantó los nuevos viñedos y modernizó la bodega. Elio transmitió a su hijo Fabio su pasión y respeto por la naturaleza. Elio enseña a Fabio la ética del trabajo, del sacrificio por la consecución de un objetivo . Un trabajo que, si se hace con dedicación y amor, se convierte en un "viaje maravilloso" que hay que vivir. Fabio, desde hace treinta años, continúa la labor de su abuelo y de su padre, guardián de las plantas milenarias y de sus uvas. Fabio, entiende lo importante que es en su trabajo, conocer bien el pasado para mirar al futuro. La invención de la tradición se convierte en la clave de cada una de sus decisiones. Fabio participa personalmente en todas las diferentes etapas del proceso de producción, desde el viñedo hasta la bodega . Los vinos de Fabio, "...son bastante especiales: tienen la gracia de los grandes tintos superiores no tanto por su riqueza estructural, que suele ser lo habitual, sino por su riqueza de elegancia, estilo y clase...".

En 1469 d.C., en el corazón de Sicilia, en el Principado de Villanova, la noble familia aragonesa Abatellis construyó el baglio (típico edificio siciliano de patio cuadrangular). Seiscientos años después, en las mismas bodegas, de las mismas tierras, se producen nuestros vinos. Ya en 1595, Andrea Bacci, agrónomo y médico del Papa Sixto V, en las páginas de "De Naturali Vinorum Historia", el primer tratado enológico italiano, elogiaba la tradición vitivinícola y las cualidades del vino producido en estas tierras.

A finales del siglo XIX, la historia del Feudo Montoni está ligada a la de la familia Sireci. El abuelo de Fabio, Rosario, compró el Feudo reconociendo en él características particulares ligadas al terruño y a su biodiversidad. Encontró antiguas plantas de Perricone, Nero d'Avola, Catarratto...; se enamoró sobre todo de los vinos de esas uvas, que presentaban rasgos elegantes e insólitos, y por eso compró el feudo, en el que se guardaba el secreto. Elio, el padre de Fabio, en la segunda mitad de los años sesenta seleccionó las mejores plantas de la finca (Selezione Massale) con las que plantó los nuevos viñedos y modernizó la bodega. Elio transmitió a su hijo Fabio su pasión y respeto por la naturaleza. Elio enseña a Fabio la ética del trabajo, del sacrificio por la consecución de un objetivo . Un trabajo que, si se hace con dedicación y amor, se convierte en un "viaje maravilloso" que hay que vivir. Fabio, desde hace treinta años, continúa la labor de su abuelo y de su padre, guardián de las plantas milenarias y de sus uvas. Fabio, entiende lo importante que es en su trabajo, conocer bien el pasado para mirar al futuro. La invención de la tradición se convierte en la clave de cada una de sus decisiones. Fabio participa personalmente en todas las diferentes etapas del proceso de producción, desde el viñedo hasta la bodega . Los vinos de Fabio, "...son bastante especiales: tienen la gracia de los grandes tintos superiores no tanto por su riqueza estructural, que suele ser lo habitual, sino por su riqueza de elegancia, estilo y clase...".

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