Monteraponi

Monteraponi es un antiguo pueblo medieval, construido en torno a tres torres de planta cuadrada que datan del siglo X. El complejo está situado en la loma del mismo nombre, a 470 metros de altura, y domina el valle que desciende hacia el río Arbia. La explotación produce vinos Chianti Classico, Chianti Vinsanto, aceite de oliva y Grappa. Todos los productos se gestionan ecológicamente y están certificados por ICEA Italia. La bodega se creó a partir de antiguos edificios preexistentes, que garantizan de forma natural una humedad y temperatura constantes durante todo el año, gracias a los gruesos muros de piedra. La tecnología se mantiene al mínimo, la fermentación tiene lugar en antiguos depósitos de hormigón y en depósitos Nomblot elípticos, también de hormigón. Todas las cubas carecen de sistemas de termoacondicionamiento, para que las fermentaciones sean lo más espontáneas y naturales posible. No se añaden levaduras seleccionadas ni se utilizan activadores, alimentadores o bacterias malolácticas. Adyacente a la bodega de vinificación se encuentra la bodega de crianza, que también se aloja en un antiguo edificio preexistente, tres cuartas partes bajo tierra,

Monteraponi es un antiguo pueblo medieval, construido en torno a tres torres de planta cuadrada que datan del siglo X. El complejo está situado en la loma del mismo nombre, a 470 metros de altura, y domina el valle que desciende hacia el río Arbia. La explotación produce vinos Chianti Classico, Chianti Vinsanto, aceite de oliva y Grappa. Todos los productos se gestionan ecológicamente y están certificados por ICEA Italia. La bodega se creó a partir de antiguos edificios preexistentes, que garantizan de forma natural una humedad y temperatura constantes durante todo el año, gracias a los gruesos muros de piedra. La tecnología se mantiene al mínimo, la fermentación tiene lugar en antiguos depósitos de hormigón y en depósitos Nomblot elípticos, también de hormigón. Todas las cubas carecen de sistemas de termoacondicionamiento, para que las fermentaciones sean lo más espontáneas y naturales posible. No se añaden levaduras seleccionadas ni se utilizan activadores, alimentadores o bacterias malolácticas. Adyacente a la bodega de vinificación se encuentra la bodega de crianza, que también se aloja en un antiguo edificio preexistente, tres cuartas partes bajo tierra,

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