Geoffroy

Los orígenes de la familia Geoffroy se remontan al siglo XVII. El lugar de procedencia de estos viticultores es el pueblo de Cumièeres en el corazón del Valle del Marne.

Las pocas parcelas de viñedos, que nuestros antepasados cultivaron y pasaron de generación en generación, son el punto de conexión con nuestro champán.

A comienzos de los años cincuenta del siglo XX Roger Geoffroy y su esposa Giulia decidieron dar el gran paso en el mundo de la vinificación y produjeron sus primeras botellas: así nació la marca Roger Geoffroy.

René Geoffroy, su hijo, que adoraba la tierra, tomó el relevo de su padre que murió de manera prematura y gracias a su mujer Bernadette desarrolló y promovió la marca familiar.

A finales de los años ochenta se incorporó también Jean-Baptiste que, tras completar su formación en la escuela de viticultura, perfecció el trabajo junto a su padre y al primo de su padre Pierrot. En 2008 Jean-Baptiste y su mujer Karine decidieron desplazar tanto la vinificación como las operaciones comerciales del Champán Geoffroy a la finca de Ay que se remonta a finales del siglo XIX.

Los orígenes de la familia Geoffroy se remontan al siglo XVII. El lugar de procedencia de estos viticultores es el pueblo de Cumièeres en el corazón del Valle del Marne.

Las pocas parcelas de viñedos, que nuestros antepasados cultivaron y pasaron de generación en generación, son el punto de conexión con nuestro champán.

A comienzos de los años cincuenta del siglo XX Roger Geoffroy y su esposa Giulia decidieron dar el gran paso en el mundo de la vinificación y produjeron sus primeras botellas: así nació la marca Roger Geoffroy.

René Geoffroy, su hijo, que adoraba la tierra, tomó el relevo de su padre que murió de manera prematura y gracias a su mujer Bernadette desarrolló y promovió la marca familiar.

A finales de los años ochenta se incorporó también Jean-Baptiste que, tras completar su formación en la escuela de viticultura, perfecció el trabajo junto a su padre y al primo de su padre Pierrot. En 2008 Jean-Baptiste y su mujer Karine decidieron desplazar tanto la vinificación como las operaciones comerciales del Champán Geoffroy a la finca de Ay que se remonta a finales del siglo XIX.

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