La primera añada de Santa Cristina se elaboró en 1946, y con el tiempo se ha convertido en un referente para entendidos y no entendidos gracias a un compromiso inquebrantable con la calidad. Al igual que una buena historia, Santa Cristina nunca envejece. El cuidado y la atención que siempre se han dedicado a los viñedos y al trabajo en bodega han sido el estímulo para innovar continuamente y confrontar variedades autóctonas e internacionales, dando lugar a una familia de productos diferentes pero distinguidos por un mismo estilo, fruto de un vínculo indisoluble entre viñedo, terruño y trabajo del hombre. Los productos de la familia Santa Cristina nacieron de esta sencilla filosofía, gracias a una confrontación continua con la tierra. Esta dedicación ha continuado desde 1946, para mantener intacta la calidad de Santa Cristina hasta nuestros días.