Sorelle Bronca

Si nuestro padre, Livio Bronca, supo transmitirnos su pasión por la vid, no fue porque viera en nosotras a potenciales viticultoras. Siendo mujeres, la perspectiva más lógica entonces era que nos convirtiéramos en buenas amas de casa. Más bien, fue el ejemplo de su dedicación, sus relatos de las enseñanzas del abuelo Martino transmitidas entre las hileras y su percepción del placer que le producía cuidar las viñas lo que creó en nosotras la aspiración de transformar este profundo sentimiento familiar en un proyecto de vida. En el año 96, en plena tierra del Prosecco, elaboramos un vino tinto, extrayendo de la generosa tierra toda la riqueza necesaria para un vino especial y de gran éxito.

Con este espíritu nos embarcamos en el proyecto Particella 68, cuyo nombre, decidido durante una inolvidable cena entre amigos muy cercanos, hace referencia a un viñedo que ofrece un vino siempre diferente en cada añada, hijo de estaciones y tierras de gran carácter. El "respeto por lo diferente" se completa en el concepto más amplio e innovador de "biodiversidad" como requisito fundamental para la conservación de la diversidad biológica, que consiste en la preservación in situ de los ecosistemas y los hábitats naturales. En este sentido, nuestro crecimiento continúa y nuestro valor absoluto, la calidad, tiene el claro aliento de la naturaleza y sus ritmos. En los últimos años ha pasado a formar parte de nuestro equipo Elisa, hija de Ersiliana, una joven y apasionada enóloga que se ha unido con entusiasmo a este viaje de mujeres compartido por hombres incomparables.

Si nuestro padre, Livio Bronca, supo transmitirnos su pasión por la vid, no fue porque viera en nosotras a potenciales viticultoras. Siendo mujeres, la perspectiva más lógica entonces era que nos convirtiéramos en buenas amas de casa. Más bien, fue el ejemplo de su dedicación, sus relatos de las enseñanzas del abuelo Martino transmitidas entre las hileras y su percepción del placer que le producía cuidar las viñas lo que creó en nosotras la aspiración de transformar este profundo sentimiento familiar en un proyecto de vida. En el año 96, en plena tierra del Prosecco, elaboramos un vino tinto, extrayendo de la generosa tierra toda la riqueza necesaria para un vino especial y de gran éxito.

Con este espíritu nos embarcamos en el proyecto Particella 68, cuyo nombre, decidido durante una inolvidable cena entre amigos muy cercanos, hace referencia a un viñedo que ofrece un vino siempre diferente en cada añada, hijo de estaciones y tierras de gran carácter. El "respeto por lo diferente" se completa en el concepto más amplio e innovador de "biodiversidad" como requisito fundamental para la conservación de la diversidad biológica, que consiste en la preservación in situ de los ecosistemas y los hábitats naturales. En este sentido, nuestro crecimiento continúa y nuestro valor absoluto, la calidad, tiene el claro aliento de la naturaleza y sus ritmos. En los últimos años ha pasado a formar parte de nuestro equipo Elisa, hija de Ersiliana, una joven y apasionada enóloga que se ha unido con entusiasmo a este viaje de mujeres compartido por hombres incomparables.

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