Collestefano

Marcas Centrales, frontera con Umbría, valle del Camerino. El único de la región que está cerca del mar, el único de clima templado. La granja está inmersa en sus propios viñedos por encima de Castelraimondo a 450 metros. Todo alrededor es campo. Collestefano es un sueño: una pequeña explotación familiar al estilo del Alto Adigio. Una historia de amor a la tierra, la de la familia Marchionni, hoy propietaria de Collestefano. Siempre agricultores, los Marchionni llegaron aquí, a Rustano di Castelraimondo (MC), en los años sesenta, abandonando las penurias de una vida demasiado exigua y poco generosa en la cercana Camerino. El trabajo duro llevó a la compra de esta pequeña aldea de media colina, llamada Collestefano desde tiempos inmemoriales. Tendrían que pasar muchos años para que el nombre de esta explotación brillara en el círculo de los grandes productores de vino italianos: habría que esperar a la madurez cultural y profesional de Fabio, hijo de Benedetto y Anna.
Es 1998, y Fabio, recién licenciado en Enología y de vuelta de una experiencia de producción y venta de vino en una vinoteca de Alemania, embotella la primera cosecha de Verdicchio di Matelica, flanqueado por sus padres, insustituibles, y su mujer Silvia, que reparte su tiempo entre el campo y sus hijas, Elena y Serena