Cesarini Sforza

Desde Parma, donde participaron en el gobierno del Ducado, la familia Cesarini Sforza se trasladó hace dos siglos al entonces Principado Obispal de Trento: un miembro de la familia, el Conde Filippo, asumió como Podestà la dirección de la ciudad. En aquella época, familias nobles como la de los Cesarini Sforza hacían méritos -y esto era natural en una economía puramente agrícola- para poseer y cultivar espléndidos campos y, en una tierra con vocación vinícola como la de Trento, poseer viñedos de gran valor, de los que producían vinos igualmente preciosos.

Retomando esta antigua herencia, Lamberto Cesarini Sforza fundó en 1974, junto con un pequeño grupo de empresarios, la empresa vinícola del mismo nombre, con el objetivo de producir vinos espumosos de alta calidad capaces de destacar no sólo entre los productores trentinos, sino también en el panorama nacional e internacional. Hoy, como entonces, Cesarini Sforza se mantiene firme en los tres pilares sobre los que se asienta la mejor cultura vinícola: tradición, innovación y búsqueda de la excelencia. Cesarini Sforza, bajo la égida del Aquila Reale, es el intérprete de las más nobles burbujas de montaña, vinos espumosos refinados y versátiles, capaces de relatar con orgullo toda la fuerza de un territorio único, extraordinariamente apto para la viticultura.

Desde Parma, donde participaron en el gobierno del Ducado, la familia Cesarini Sforza se trasladó hace dos siglos al entonces Principado Obispal de Trento: un miembro de la familia, el Conde Filippo, asumió como Podestà la dirección de la ciudad. En aquella época, familias nobles como la de los Cesarini Sforza hacían méritos -y esto era natural en una economía puramente agrícola- para poseer y cultivar espléndidos campos y, en una tierra con vocación vinícola como la de Trento, poseer viñedos de gran valor, de los que producían vinos igualmente preciosos.

Retomando esta antigua herencia, Lamberto Cesarini Sforza fundó en 1974, junto con un pequeño grupo de empresarios, la empresa vinícola del mismo nombre, con el objetivo de producir vinos espumosos de alta calidad capaces de destacar no sólo entre los productores trentinos, sino también en el panorama nacional e internacional. Hoy, como entonces, Cesarini Sforza se mantiene firme en los tres pilares sobre los que se asienta la mejor cultura vinícola: tradición, innovación y búsqueda de la excelencia. Cesarini Sforza, bajo la égida del Aquila Reale, es el intérprete de las más nobles burbujas de montaña, vinos espumosos refinados y versátiles, capaces de relatar con orgullo toda la fuerza de un territorio único, extraordinariamente apto para la viticultura.

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