Anselmo

Carlo Anselmo nació en 1847, hijo de una familia de agricultores acomodados. Su padre, Cesare, se trasladó pronto a Turín donde, trabajando duro, consiguió abrir una serie de posadas en el centro de la ciudad. En 1884, en un pequeño taller de Via Mazzini, el joven Carlo dio un nuevo rumbo al negocio familiar. Experimentando día y noche, llegó al descubrimiento de la mezcla ideal de hierbas y especias aromáticas para infusionar en un vino moscatel de Canelli de primera calidad. Así nació el Vermut Anselmo, cuyas botellas empezaron a verse cada vez con más frecuencia en los cafés más elegantes y exclusivos del centro de la ciudad. Hacia finales del siglo XIX, Anselmo amplió la producción. Su nueva fábrica en la Barriera del Martinetto parece una auténtica fábrica. A partir de 1908, le tocó a su hija Carola Alba, una mujer culta y enérgica, dirigir una empresa en constante expansión, que exportaba a los rincones más recónditos del mundo. Carola Alba, con su marido Carlo Montiferrari, trasladó la fábrica a None, a las afueras de Turín. Aquí, a principios del siglo XX, crean dos nuevas especialidades para los mercados extranjeros: el Vermut Dante y el Aperitivo Pinocho. Sin embargo, la Ley Seca hace que las ventas en Estados Unidos se desplomen. C. Anselmo & C., dirigida ahora por Aldo Bachi, sufre una importante reducción de personal. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, se produce una auténtica tragedia: Aldo Bachi, como muchos otros judíos de Turín, es deportado por los nazis y nunca regresa a casa. En la posguerra, la economía de una Italia que por fin había recuperado la libertad lucha por volver a ponerse en pie, pero durante toda la década de 1950 la producción de Anselmo no se reanuda. El vermut no volvió a producirse hasta los años sesenta, bajo la dirección de una familia de industriales de Turín.