Cavallotto Barolo Bricco Boschis 2019
Resulta encantador de inmediato, en los finísimos aromas de sotobosque y cereza, dulces a su manera, es decir, con un dulzor que no es ostentoso ni superficial, sino más bien natural e inevitablemente ligado a las características estilísticas de una añada cálida, y que permite al vino presentarse con gracia al tiempo que implica potencia y profundidad. A pesar de los 14 grados y medio, no es el alcohol lo que se siente al beberlo, al contrario, el sabor es fresco, tenso, quizá sin la complejidad de las mejores añadas, pero sin una gota de sabrosura y cerrado por un tanino adecuado: robusto, aunque sigamos hablando de Barolo, pero sin aristas, sin sequedad, sedoso. Han pasado más de ocho años desde la vendimia, y aquí nos encontramos con un vino en pleno impulso evolutivo, ciertamente digno de beber, en perfecto equilibrio, y quién sabe por cuántos años más