Tenuta Bastonaca

Tomamos nuestro nombre del distrito de Bastonaca, en el corazón de Cerasuolo di Vittoria, Frappato y Nero d'Avola. En esta tierra, rica en historias relacionadas con el vino, se encuentra nuestra joven y moderna bodega con raíces en la tradición. La sede es un antiguo palmento del siglo XVIII, donde todavía se pueden oler las fragancias de la uva recién pisada en las cubas de piedra y el burbujeo del mosto en los depósitos. Alrededor, repartidas en 15 hectáreas, abundan las viñas en vaso, que renuevan un pasado glorioso pero, al mismo tiempo, miran con orgullo hacia un futuro prometedor. Un millar de olivos centenarios de la rara variedad Carolea, con su follaje verde plateado, resaltan sus evocadores matices cromáticos. Criamos con amor Frappato y Nero d'Avola, así como Garnacha y Tannat, uniendo tradición e innovación, guiados por la pasión y la curiosidad. Cultivamos el viñedo, en conversión ecológica, a mano, con trabajo y sudor, en una visión de la agricultura natural. No regamos, para que en cada baya se concentre todo el calor de la tierra y su maravilloso sol, elementos que hacen único nuestro vino y nuestro Sur.

Tomamos nuestro nombre del distrito de Bastonaca, en el corazón de Cerasuolo di Vittoria, Frappato y Nero d'Avola. En esta tierra, rica en historias relacionadas con el vino, se encuentra nuestra joven y moderna bodega con raíces en la tradición. La sede es un antiguo palmento del siglo XVIII, donde todavía se pueden oler las fragancias de la uva recién pisada en las cubas de piedra y el burbujeo del mosto en los depósitos. Alrededor, repartidas en 15 hectáreas, abundan las viñas en vaso, que renuevan un pasado glorioso pero, al mismo tiempo, miran con orgullo hacia un futuro prometedor. Un millar de olivos centenarios de la rara variedad Carolea, con su follaje verde plateado, resaltan sus evocadores matices cromáticos. Criamos con amor Frappato y Nero d'Avola, así como Garnacha y Tannat, uniendo tradición e innovación, guiados por la pasión y la curiosidad. Cultivamos el viñedo, en conversión ecológica, a mano, con trabajo y sudor, en una visión de la agricultura natural. No regamos, para que en cada baya se concentre todo el calor de la tierra y su maravilloso sol, elementos que hacen único nuestro vino y nuestro Sur.

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