Gian Luca Colombo

La filosofía de producción es lo que me permite poner mi marca en cada producto nacido en la granja ecológica y biodinámica de Gian Luca Colombo. Sin trucos. Si quieres tener buenos productos, no necesitas gran tecnología ni cálculos sofisticados, simplemente tienes que utilizar ingredientes muy, muy buenos, cultivados en el momento adecuado y de la forma correcta, interpretando la esencia más auténtica de cada variedad, consintiendo lo que la naturaleza puede generar espontáneamente. Cultivar no es un acto sencillo, pero no tenemos elección. Un vino excelente nace de uvas sanas y llenas de vida, que a su vez nacen de una naturaleza que no está enjaulada en monocultivos y prácticas agrícolas intensivas, sino dentro de un organismo agrícola con un alto nivel de biodiversidad, al que se deja libre para que crezca, interactúe, prolifere y se regenere cíclicamente. Aquí los tiempos de maduración y recolección, los recipientes y los métodos de elaboración son diferentes, elegidos con cuidado y atención cada temporada, año tras año. La vida es un movimiento continuo y cíclico, nunca monótono. El resultado es una filosofía de producción equilibrada entre números e instinto, entre ciencia agrícola y sensibilidad biodinámica, entre larga experiencia y gran humildad, en la búsqueda, cada vez, del equilibrio perfecto, único, irrepetible, que queremos encontrar en nuestros vinos y nuestros alimentos. Una producción inevitablemente limitada pero de la más alta calidad.

La filosofía de producción es lo que me permite poner mi marca en cada producto nacido en la granja ecológica y biodinámica de Gian Luca Colombo. Sin trucos. Si quieres tener buenos productos, no necesitas gran tecnología ni cálculos sofisticados, simplemente tienes que utilizar ingredientes muy, muy buenos, cultivados en el momento adecuado y de la forma correcta, interpretando la esencia más auténtica de cada variedad, consintiendo lo que la naturaleza puede generar espontáneamente. Cultivar no es un acto sencillo, pero no tenemos elección. Un vino excelente nace de uvas sanas y llenas de vida, que a su vez nacen de una naturaleza que no está enjaulada en monocultivos y prácticas agrícolas intensivas, sino dentro de un organismo agrícola con un alto nivel de biodiversidad, al que se deja libre para que crezca, interactúe, prolifere y se regenere cíclicamente. Aquí los tiempos de maduración y recolección, los recipientes y los métodos de elaboración son diferentes, elegidos con cuidado y atención cada temporada, año tras año. La vida es un movimiento continuo y cíclico, nunca monótono. El resultado es una filosofía de producción equilibrada entre números e instinto, entre ciencia agrícola y sensibilidad biodinámica, entre larga experiencia y gran humildad, en la búsqueda, cada vez, del equilibrio perfecto, único, irrepetible, que queremos encontrar en nuestros vinos y nuestros alimentos. Una producción inevitablemente limitada pero de la más alta calidad.

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