Quienes conocen Contesa saben que ésta no es una bodega cualquiera, es testimonio directo del vínculo indisoluble que une la vida de nuestra familia a las viñas que nos ha dado una tierra extraordinariamente generosa. Una historia apasionante, en la que el empecinamiento por no transigir nos ha llevado también a difíciles elecciones y dolorosas separaciones, al tiempo que nos ha proporcionado infinitas gratificaciones gracias a la sabiduría de hombres y mujeres que, generación tras generación, han guardado con obstinación la idea de una cultura enológica hecha de integridad, coherencia y orgullo por sus raíces.