El Moscato d'Asti es el vino de la fiesta, el más adecuado para el pandoro y el panettone, lleno de oro, luz y seda amarilla, dulce, sí, pero nunca empalagoso; un vino al que abandonarse con confianza, con tranquilidad pero también con desenfreno, sin freno y sin culpa porque casi nunca supera el 5% vol. y bebido entre 6 y 8 grados es difícil dejarlo ir. Es el caso de los vinos Moscato de Gianni Doglia, que dedica mucha atención a la producción de dos tipos, ambos llenos de finura. Todos los demás vinos son excelentes, sabrosos, cautivadores, con mucha pasión en cada sorbo. El Merlot en su tipo de Monferrato Rosso (con el signo de exclamación) tiene cada vez más carisma y siempre agradecemos la oportunidad de probarlo, también porque se produce en una edición muy limitada con sólo 500 botellas.