Tras más de veinte años de investigación, que comenzaron con la creación de la primera edición de "La Quadratura del Cerchio" en 1995, Roberto Cipresso ha llegado a la identificación de un terroir difuso: un conjunto de pequeñas parcelas, viñedos extraordinarios, suelos y climas ricos en complejidad que serpentean a lo largo de un hilo imaginario situado en la franja del Paralelo 43° Norte. El Paralelo 43º es mágico, es místico, es histórico y es moderno, es marino y es continental, es cálido y es frío. Atraviesa los lugares que dieron origen a la vid -Georgia-, pasa por puntos cargados de energía, como Medjugorje o Santiago de Compostela, y llega finalmente a Oregón, la nueva frontera americana. Pero es en su paso por Italia cuando el Paralelo 43 pasa por encima de las que para nosotros son las zonas más vocacionales y expresivas para el cultivo de la vid: Toscana, Umbría y las Marcas. El enólogo Roberto Cipresso siempre ha trabajado, en su labor de asesor e investigador, tratando de amplificar al máximo las peculiaridades de cada terruño. En su papel de productor, siempre ha buscado mezclar los frutos de diferentes terruños en tierra de nadie, creando siempre nuevas y meticulosas castas, y buscando equilibrios más atrevidos y fascinantes. Más tarde se le unió su pragmático y objetivo hermano Gianfranco, que le guió para centrarse en sus dos almas, encontrando la justa mediación entre ellas. Le impulsó a encontrar el lugar ideal, el "patio de recreo" perfecto, donde una marcada territorialidad pudiera coincidir con la posibilidad de mezclar extraordinarias variedades de uva autóctonas.