Los hijos, Tiziano y Daniele, se dieron cuenta de que la bodega sólo podría dar un salto adelante si miraba con más atención y conciencia hacia el futuro. Tras revisar algunos aspectos tecnológicos y cualitativos, la familia plantó nuevos viñedos, eliminó las barricas más viejas de la bodega y modernizó los procedimientos de vinificación, acercándose así a los mercados extranjeros. El nuevo milenio fue significativo para la bodega Stefano Accordini. Se decidió trasladar la producción de vino a la Valpolicella Classica superior, una apuesta que podía dar lugar a vinos de excelente calidad. El proyecto comenzó con la compra de 10 hectáreas en Cavalo, situado en el valle de Fumane a 550 m de altitud. La experiencia fue posible gracias a las dotes comerciales de Tiziano y a los conocimientos enológicos de Daniele, pero también desempeñaron un papel importante sus esposas Eleonora y Raffaella, así como sus hijos, Giacomo, Paolo y Marco, siempre dispuestos a apoyar las elecciones y las ideas de los hermanos Accordini. La decisión de producir en la montaña resultó ganadora: los vinos, únicos tanto por su sabor como por su aroma, fueron inmediatamente muy apreciados. Tras la compra del terreno y el cultivo de las vides, se procedió a la construcción de la nueva bodega, que se terminó en 2011. Hoy nuestra empresa cuenta con 25 hectáreas de viñedos en la zona más alta de la Valpolicella Classica, y podemos definir la nuestra como viticultura "de montaña". Gracias a las especiales condiciones climáticas y edafológicas de esta zona, nuestros vinos tienen características especiales e inconfundibles. La cuarta generación, formada por Giacomo, Paolo y Marco, continúa la empresa familiar con gran pasión y dedicación, centrándose en la salubridad y la sostenibilidad medioambiental. Todos los viñedos de la bodega se cultivan de forma ecológica, y la nueva masía funciona totalmente con energía obtenida de sistemas fotovoltaicos.
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