Cascina Rizzi y sus viñedos en las dos laderas de la colina (Cru Rizzi) y Cru Nervo (una parcela de cuatro hectáreas bajo el pueblo de Treiso) son el punto de partida, la base sólida y segura sobre la que se asientan los cimientos de la empresa. Después vinieron el compromiso y el deseo de crecer, permaneciendo siempre ligados a su territorio y a esa filosofía de trabajo que nunca llega a ser puramente empresarial, sino que mantiene el carácter familiar de quien elige desarrollar una actividad "a escala humana" y vincularla a los sentimientos más puros y profundos.
Fueron años de mucho trabajo y adquisiciones, que llevaron a la Bodega Rizzi a expandirse: en 1984 con la incorporación de la finca Boito y el viñedo adyacente Boito, también dentro del Rizzi Cru, y en 1997 con la compra de la finca Manzola y sus viñedos. Entre 2004 y 2018 se realizaron nuevas adquisiciones: tres hectáreas del viñedo en Cru Pajorè, 5 hectáreas en Neviglie de Podere Stella y, por último, 1,5 hectáreas en Cru Giacone y 3 hectáreas en Cru Bricco di Neive. Ernesto Dellapiana trabaja para mejorar su empresa tanto cuantitativa como cualitativamente. Y así, el sueño se hizo realidad y la Bodega Rizzi creció hasta alcanzar un total de más de 44 hectáreas repartidas entre Nebbiolo da Barbaresco (la mayor parte), Barbera, Dolcetto, Moscato, Freisa, Chardonnay y Pinot Noir.
A lo largo de los años, a Ernesto y su esposa Lia se han unido sus dos hijos: Jole, licenciado en Ciencias de la Educación, especializado en el campo del marketing, la administración y las relaciones públicas, que se ocupa de la parte comercial y de gestión de la bodega y de la red de ventas, y Enrico, licenciado en Viticultura y Enología por la Facultad de Agricultura de la Universidad de Turín, que se ocupa de la gestión técnica de la bodega y de la cava, siguiendo todos los problemas de la producción, de la parte comercial, de la red de ventas y de las exportaciones de vino.