Emidio Pepe Trebbiano d'Abruzzo 2011
No teman respirar el oro resplandeciente que desciende a la copa, inicialmente enigmático, inexpresivo, incluso acre. Sólo entonces se despliega, bajo el halo mineral, el abanico de retama y manzanilla, ciruela y melocotón, mejorana y flor de saúco, pimienta blanca, avellana tostada, ligero ahumado, humus y raíces. Elegante rusticidad, traviesamente salino, fresco y vivo en boca ayudado por la carbonicidad residual, sabroso y satisfactorio por su riqueza de extracto.