En las tierras negras del Etna, el cultivo de la vid es toda una tradición. Un legado milenario que Guglielmo y Enzo Cambria han recogido con Cottanera, un proyecto empresarial dedicado a la excelencia. La lava que fluye del volcán ha creado un terroir exclusivo, tan extraordinario como la pasión de los Cambria por el vino de calidad. Un sentimiento que también se ha contagiado a los hijos de Guglielmo -Mariangela, Francesco y Emanuele, nuevas caras de la enología siciliana- y que ha llevado a los Cambrias a revitalizar una zona vitivinícola que no tiene parangón en el mundo. Una tierra única considerada la isla feliz del vino, donde la hábil energía de esta familia ha dado vida a Cottanera, una empresa que combina tradición e innovación.