A finales del siglo XIX, en Barbaresco, la familia Bianco poseía viñedos y cultivaba vides desde hacía mucho tiempo, pero fue Battista Bianco quien tomó la valiente decisión de empezar a elaborar sus propias uvas para producir vino y comercializarlo. La historia ha dado la razón a quienes creyeron en la variedad de uva Nebbiolo, y Barolo y Barbaresco han crecido en calidad y prestigio en los mercados de todo el mundo. Franco Bianco y Gabriella Burlotto hicieron el resto, con un matrimonio que creó un caso único en la historia de los dos vinos. La familia Cerrato inició la construcción del actual Castillo. Con el Tratado de Cherasco (1631), Verduno pasó a estar bajo la jurisdicción de la Casa de Saboya. Posteriormente, parte del castillo fue reconstruido por Carlo Luigi Caisotti según un diseño del arquitecto Juvarra y adquirido en 1838 por el rey Carlo Alberto de Saboya, que confió la gestión de la finca y la bodega al general Staglieno, famoso enólogo.