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La historia de Barolo, el vino de los reyes, es muy antigua y se remonta a mediados del siglo XIX, gracias a la obstinación de Camillo Benso Conte di Cavour y Giulia Colbert Falletti, la última marquesa de Barolo. La historia cuenta que la marquesa regaló al rey Carlo Alberto de Barolo 325 carrà (antiguos barriles de transporte de madera con una capacidad de unos 600 litros) de vino de Barolo, equivalentes al número de días de un año menos 40, que son los días de ayuno de la Cuaresma. Al rey le gustó tanto que quiso comprar una propiedad personal, la finca de Verduno. Más tarde, el rey Víctor Manuel II también continuó la leyenda comprando la finca Fontanafredda en Serralunga d'Alba.

El Barolo se cultiva exclusivamente en las Langhe, término derivado de "Langues" (lengua de tierra), en una zona restringida que incluye Barolo en la provincia de Cuneo, así como los municipios de Castiglione Falletto, Serralunga d'Alba y partes de Monforte d'Alba, Novello, La Morra, Verduno, Grinzane Cavour, Diano d'Alba, Cherasco y Roddi.

La zona montañosa de las Langhe se compone en su mayor parte de piedra caliza, toba y yeso formados hace unos 7 millones de años tras el retroceso del mar del Po. Este particular suelo es el hábitat perfecto para el Nebbiolo y crea vinos armoniosos, estructurados y longevos

Altitud entre 170 m s.n.m. y 540 m s.n.m. con exposición sur, este u oeste.