La finca TERRALBA pertenece a la familia desde principios del siglo XX; el bisabuelo Vincenzo compró el terreno (unas 3 hectáreas) al conde Boniforte Busseti, entonces propietario de casi todo el municipio de Berzano. De esas 3 ha, 2 estaban plantadas de vid (Barbera, Timorasso y Croatina). Todas las uvas producidas se vinificaban y el vino se vendía a comerciantes piamonteses y ligures. En aquella época, el Timorasso salía de las bodegas pocos días después de la vinificación para llegar a los mercados suizo y alemán con el nombre de "Torbolino" (denominación debida a la turbidez del vino), donde se transformaba y vendía posteriormente con nombres de fantasía, perdiendo así su identidad inicial.
Al principio, la falta de tecnología especial en la bodega era una imposición de las condiciones económicas, ahora es una elección hecha con la conciencia del viticultor artesano que transforma la materia prima respetando las tradiciones, sin dejarse influir por las modas que cada año imponen vinos homologados, sin alma ni personalidad, que nada tienen que ver con los territorios en los que nacen. (Lo más que ofrece hoy la metodología de la viticultura de calidad son pequeñas barricas de roble francés y el tiempo de crianza necesario)
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