"No basta con confiar, hay que creer", subraya Marko Skočaj, propietario de la bodega de Ceglo (Goriška brda), famosa por sus vinos DOLFO. Dolfo Skočaj fue quien, poco después de la Primera Guerra Mundial, compró la primera parcela y decidió emprender un negocio por su cuenta. Creía que Brda gozaba de unas condiciones naturales óptimas para el cultivo de la vid y la producción de vinos que no fueran difíciles de vender. Su hijo Rudolf amplió la empresa, pasando la dirección a su hijo Marko, que entonces sólo tenía 19 años, en 1986. Creía que Marko sería capaz de revitalizar la acumulación de experiencia transmitida de generación en generación. Marko creía que había llegado el momento de abordar el mercado por su cuenta. Como homenaje a su abuelo, eligió su propio nombre para la marca de la empresa. Sus vinos, señalados de inmediato como extremadamente secos, atrajeron la atención de los entendidos. El éxito que siguió llevó a la ampliación de los viñedos y a la construcción de una nueva bodega con una sala de degustación contigua. La familia Skočaj posee ahora 14 hectáreas de viñedos y consigue presentar 55.000 botellas de vino al año.