Punset

Es un recuerdo histórico que los condes de Castelborgo utilizaban el término dialectal piamontés Punset, que literalmente significa "hermosa colina" o "punta", para describir la única de sus fincas que se elevaba entre las brumas otoñales y que, por tanto, podía admirarse desde su castillo.

La familia Marcarino, por su parte, tiene una larga historia vitivinícola desde la sucesión en la propiedad de los viñedos de la colina, aunque para una producción exclusivamente familiar. 1964 fue el año en que Renzo Marcarino inició oficialmente el negocio, sacando al mercado las primeras botellas de la bodega Punset, pero fue a principios de los años 80 cuando una elección decisiva, deseada y llevada a cabo por su hija Marina, marcó el punto de inflexión de la empresa: convertir todo el cultivo a ecológico, eliminando todos los pesticidas y todos los productos sintéticos. A lo largo de los años, Marina Marcarino, que hoy se ocupa enteramente de la gestión de la explotación, ha perfeccionado métodos agronómicos que tienden a minimizar el uso de tratamientos con cobre y azufre, favoreciendo los preparados biodinámicos y compartiendo la filosofía agronómica de Manasobu Fukuoka, también conocida como "la agricultura del no hacer nada".

Es un recuerdo histórico que los condes de Castelborgo utilizaban el término dialectal piamontés Punset, que literalmente significa "hermosa colina" o "punta", para describir la única de sus fincas que se elevaba entre las brumas otoñales y que, por tanto, podía admirarse desde su castillo.

La familia Marcarino, por su parte, tiene una larga historia vitivinícola desde la sucesión en la propiedad de los viñedos de la colina, aunque para una producción exclusivamente familiar. 1964 fue el año en que Renzo Marcarino inició oficialmente el negocio, sacando al mercado las primeras botellas de la bodega Punset, pero fue a principios de los años 80 cuando una elección decisiva, deseada y llevada a cabo por su hija Marina, marcó el punto de inflexión de la empresa: convertir todo el cultivo a ecológico, eliminando todos los pesticidas y todos los productos sintéticos. A lo largo de los años, Marina Marcarino, que hoy se ocupa enteramente de la gestión de la explotación, ha perfeccionado métodos agronómicos que tienden a minimizar el uso de tratamientos con cobre y azufre, favoreciendo los preparados biodinámicos y compartiendo la filosofía agronómica de Manasobu Fukuoka, también conocida como "la agricultura del no hacer nada".

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