Al final de un majestuoso corredor de tilos, el Chateau Soutard brilla con su orgullosa fachada del siglo XVIII y sus alas de piedra caliza del siglo XVI, típicas de las construcciones agrícolas bordelesas tradicionales. Esta casa solariega puede vivir de forma totalmente autosuficiente con su lavadero, su huerto y su corral. La masía ha conservado su horno de pan y su palomar, testimonio de los privilegios del pasado. En 2009, el vecino Chateau Cadet-Piola se unió a la finca, con lo que la superficie total de viñedos asciende a casi 60 hectáreas en un solo bloque en la meseta de Saint-Emilion, 30 de las cuales pertenecen a Chateau Soutard. Desde la clasificación de 2012, Cadet-Piola forma parte integrante de Chateau Soutard y cada uno de sus tres vinos, los Grands Crus Classés Soutard y Larmande, así como el Grand Cru Grand Faurie La Rose, sigue vinificándose en sus propias bodegas.