El apellido Despagne está indisolublemente ligado a la tierra de Saint-Emilion desde al menos principios del siglo XVII. El documento familiar más antiguo que se conoce es el del bautizo en 1665 del hijo de Pierre Despagne, labrador, y Lison Raynaud. Su descendiente, Louis Despagne, nacido en 1789, contribuiría a la fama de la familia. En 1812, no lejos de Cheval Blanc, donde la familia de Louis era arrendataria, se instaló en un lugar llamado Corbin y compró las primeras parcelas de tierra propiedad de la familia. Su hijo amplió el "Crû Grand-Corbin - propriétaire Despagne", como se conocía entonces el crecimiento. Fue a finales del siglo XIX cuando nació el nombre de "Château Grand Corbin-Despagne". En el siglo XX, Paul Despagne, enólogo extraordinario, desarrolló la buena reputación de la finca, produciendo vinos de una alta calidad constante. Las distintas generaciones aportaron su savoir-faire y, cuando tuvo lugar la primera clasificación oficial de los crecimientos de Saint-Emilion, la finca obtuvo el rango de Grand Cru Classé. François Despagne representa ahora la séptima generación de la misma familia en esta finca. Como director, trata de preservar respetuosamente los valores heredados de sus antepasados.