La familia Visconti echó raíces en el lago de Garda hace aproximadamente un siglo y siempre ha mantenido una profunda conexión con esta zona, hasta el punto de que fue esta familia la que creyó en el potencial de la vid turbiana, una uva autóctona que se encuentra en la zona al sur del lago de Garda, incluso antes de que Lugana se convirtiera en denominación de origen.
De hecho, ya en los años cincuenta, la familia Visconti, tras varias décadas de actividad, se disponía a hacerse un nombre como primera embajadora de lo que con el tiempo se convertiría en una de las denominaciones más apasionantes de la enología italiana, demostrando una gran previsión y fe en el potencial de Lugana, una denominación prácticamente desconocida en aquella época.
La pasión y la tenacidad de la familia Visconti permitieron que esta vid se extendiera por toda la zona meridional del Benaco, a caballo entre Lombardía y el Véneto, hasta convertirse en la uva blanca más importante de nuestro territorio y contribuir a dar fama nacional e internacional a los vinos de Garda.