Después de tres generaciones de la familia Charmolüe, Martin y Olivier Bouygues adquirieron Château Montrose en 2006. Les encantaban sus vinos, que les había dado a conocer su padre, Francis Bouygues. Conscientes del potencial de su terruño único, apreciaron las ventajas y riquezas de la finca y decidieron invertir en ella. Bajo su impulso, Montrose entró en el siglo XXI con una espectacular reconstrucción. El excepcional proyecto duró siete años, de 2007 a 2013, un plazo justificado por el deseo de respetar el ciclo de actividad de la finca. Siguiendo a sus predecesores, Martin y Olivier Bouygues se proponen valorizar aún más este terruño único, una sola barrida en un emplazamiento ideal a orillas del estuario de la Gironda.
Bajo la dirección de Melissa Bouygues y la gestión de Hervé Berland, la propiedad se beneficia de una combinación de juventud y experiencia en un equipo multigeneracional donde viticultores y enólogos se codean con especialistas técnicos y expertos académicos.