Nació en 1997 del deseo de Vincenzo Ambrosio de dedicarse a una finca a los pies del Vesubio, con la pasión y la experiencia de alguien que conoce muy bien esta zona. Ya existían viñas y olivos, pero se llevó a cabo una reestructuración radical de los cultivos para crear las bases de una producción de alta calidad. Así, se iniciaron prácticas de cultivo ecológico y cada fase de la actividad de la finca se llevó a cabo con el menor impacto medioambiental posible. Esta ha sido la filosofía de Villa Dora desde el principio. Las actividades de la empresa siguen una feliz y antigua tradición familiar. Giovanna, licenciada en Económicas; Antonio, estudiante de Derecho; Francesca, farmacéutica. Habilidades diferentes que confluyen en la gestión de la explotación. Coordinando todo está el padre Vincenzo que, con entusiasmo, sacrificio, a veces incluso obstinación, se dedica a la empresa que quiso que llevara el nombre de su esposa Dora.