Joaquin...es una voluntad, encierra el deseo de mirar más allá de las visiones normales de un "Vino", es lujo disponible, es unicidad....¡siempre! La historia comenzó en 1999, cuando Raffaele Pagano decidió expresarse sobre uvas centenarias, empezando a trabajar el Fiano, el Aglianico y el Greco, abanderados de un territorio, Irpinia, vocado a la viticultura de excelencia. Una tierra, ésta, donde el predominio de las excursiones térmicas, la naturaleza volcánica del suelo, la mineralidad, la peculiaridad del clima, favorecen altas evoluciones para los vinos blancos y donde la frialdad de sus colinas genera tintos de fuerza y extrema elegancia. La singularidad de un vino, por tanto, la experiencia de un territorio. "Desde el principio, hemos querido buscar en estas mezclas, su mejor expresión, dando un sentido, una interpretación subjetiva a la palabra "VINIFICACIÓN". El pensamiento es simple, es directo, la idea es producir piezas únicas. Producimos, si las condiciones de añada son las adecuadas, si la madre naturaleza nos lo permite. Para ello tenemos un 'Bunker'.... la bodega. Un espacio grande, enorme, para producir las botellas, pero útil para el envejecimiento, para que la permanencia de los blancos y los tintos, tanto en madera como en vidrio, sea completa... larga".