Esta bodega histórica de Treiso está dirigida por su propietario, Giulio Grasso, que cuenta con la brillante ayuda de su esposa Luciana y sus tres hijas, Paola, Valentina y Federica.
El patrimonio natural de nada menos que 31 hectáreas de viñedos se concentra principalmente en los lugares más idóneos para la producción de Barbaresco: Marcarini, Pora, Asili, Vallegrande. La gestión ecológica y las técnicas de vinificación no invasivas, que además excluyen la filtración de los vinos y contemplan el uso de grandes barricas, permiten una lectura clara de las añadas y los terruños. Y una añada infeliz, como se consideraba 2014, en realidad sólo en parte en la zona del Babaresco, pone de relieve la habilidad del experto enólogo. Los vinos son muy expresivos, fragantes, elegantes y equilibrados. En esta galería sensorial de gran amplitud, destacan aún más los campeones de la raza..