Cuando Michel Muré se instaló en Rouffach y plantó su viñedo en el siglo XVII, no tenía ni idea de la gran aventura que vivirían sus descendientes... En 1935, Alfred Muré amplió la propiedad añadiendo 12 hectáreas (25 acres) íntegramente a Clos St Landelin, previendo ya su potencial de calidad excepcional. Replantó el viñedo, idealmente situado con una exposición soleada y al abrigo de la lluvia. Hoy en día, es René, nieto de Alfred, junto con sus hijos Véronique y Thomas, undécima y duodécima generaciones de la familia, quienes se encargan de la ejecución de esta bodega excepcional, a partir del viñedo enteramente en propiedad y cultivado según métodos biodinámicos.