Los viñedos de Eitelsbach, que deben su nombre a un afluente cercano del Ruwer, se mencionan por primera vez en escritos de alrededor de 1223. Más de cien años después, en 1335, el príncipe elector Balduin de Luxemburgo donó una finca en estas tierras a los monjes de la Orden de los Cartujos. Los monjes la establecieron como finca vinícola oficial y la cultivaron durante casi 500 años. En 1803, la finca se secularizó y pasó a manos del gobierno francés. Ocho años más tarde se vendió al mejor postor: el general del ejército francés Valentin Leonardy. Desde 1811, el Karthäuserhof ha pasado de generación en generación en el seno de una misma familia. El actual propietario, Albert Behler, representa la séptima generación de la familia Leonardy / Rautenstrauch / Tyrell / Behler que mantiene la reputación internacional estelar del Karthäuserhof, que ha mantenido durante los últimos 200 años. Pocas entidades empresariales pueden presumir de una historia tan larga e ilustre. Sólo hay 80 empresas en el mundo más antiguas que Karthäuserhof, y de ellas sólo siete bodegas.