Una marca histórica de la enología trentina. En 1928, la empresa pasó a manos de su hijo Italo, quien, impulsado por una gran pasión por expresar el potencial del territorio trentino, continuó la tradición persiguiendo una búsqueda constante de la calidad en la producción de vino. La misma búsqueda de calidad y mejora se transmitió a la tercera generación con su hijo Paolo, quien, tras completar sus estudios de enología, se dedicó por completo a la producción de vino primero y de espumosos después.
Hoy son dos hermanas, Donatella y Chiara, quienes siguen con pasión y determinación la evolución de la empresa familiar centrada en la producción de vinos espumosos Trentodoc de método clásico como la mejor expresión del territorio altamente apto para la producción de vinos espumosos.