Nuestros viñedos se extienden sobre una superficie de unas 36 hectáreas en las colinas de los municipios de Castelnuovo Berardenga y Radda in Chianti, al noroeste de Siena, a una altitud de 250 a 440 m sobre el nivel del mar. La densidad de plantación varía de 4.000 a 5.000 cepas por hectárea, mientras que el rendimiento es de unos 50 quintales por hectárea.
Los suelos de la finca Aiola son principalmente de tres tipos: Alberese (el suelo que hace que los vinos sean tánicos, estructurados y muy intensos), Galestro (confiere a los vinos elegancia y un gran potencial de envejecimiento), y Arenaria, de este suelo se obtiene el vino elegante y perfumado. Gracias a esta combinación y al especial microclima, podemos obtener vinos complejos y atractivos. En nuestros viñedos cultivamos principalmente Sangiovese, la uva autóctona más famosa de la Toscana, así como otras variedades autóctonas e internacionales, como Merlot. La vendimia se realiza exclusivamente a mano, por lo general en el periodo comprendido entre finales de septiembre y principios de octubre, cuando las uvas alcanzan la madurez óptima. Las uvas se despalillan y se trasladan a depósitos de acero inoxidable. Aquí tiene lugar la fermentación alcohólica a una temperatura controlada de 28-30 grados. Al mismo tiempo, se realizan frecuentes remontados y delestages que permiten transferir los componentes aromáticos, colorantes y tánicos de los hollejos al líquido. A continuación se realiza la fermentación maloláctica en depósitos de acero. El vino obtenido se traslada a barricas de roble francés de 50 hl, tonneaux de 5 hl y barricas de 2,25 hl según el tipo, donde reposa y madura entre 12 y 24 meses. Una vez ensamblados y embotellados, nuestros vinos se benefician de un nuevo periodo de afinamiento de varios meses, de modo que al reposar perfeccionan sus características organolépticas. El vino ya está listo para su comercialización.