Desafiando las convenciones del mercado enológico y apostando por sí mismo, Marco De Bartoli inauguró en 1980 una nueva línea de producción propia, desoyendo las reacciones económicas y creyendo que era un deber moral mantener los valores tradicionales de su tierra. Así nació el primer Vecchio Samperi. Más tarde, De Bartoli llegó a Pantelleria intrigado por el Moscato Passito, un producto que el mercado había alejado. La curiosidad se convirtió en el deseo de dominar la ciencia del cultivo de la uva Zibibbo, que pudo aprender en Pantelleria. Esta es, en parte, la génesis del vino Bukkurum; la idea, la de asegurar la cultura de una isla en una botella. Este embotellado tuvo lugar, por primera vez, en 1985. Al año siguiente, De Bartoli vinificó en frío las uvas de Zibibbo y tomaron forma otros productos.