La historia de nuestra propiedad comenzó en 1890, cuando Gaston Henriet, mi bisabuelo, decidió conservar parte de su cosecha (que luego vendía a las grandes casas) para probar suerte en la elaboración del vino. Su hijo Robert Henriet tomó el relevo en 1830 y continuó trabajando. Impulsado por su entusiasmo por el Champagne de Vignerons, desarrolló su clientela a través de ferias comerciales en París, Lille y Lyon. En 1962, Daniel Henriet, nieto del fundador, tenía 16 años cuando decidió tomar cartas en el asunto y estudiar enología antes de unirse a sus hermanos en la propiedad familiar. Unos años más tarde, conoció a Mademoiselle Micheline Bazin, hija de viticultores de Villers-Marmery, con quien se casó en 1968. De la unión de sus dos familias nació el Champagne Henriet-Bazin... Yo no llegaría hasta unos años más tarde. Tras pasar mi infancia en las botas de mi padre, me incorporé a la empresa en 1991 y decidí conservar toda la cosecha para la vinificación. Respeto por la naturaleza, la tierra, las viñas, nuestros vinos y nuestros clientes Respetar es saber escuchar. Desde hace más de 15 años, escuchamos los susurros de la naturaleza y la comprendemos mejor. Abandonamos los herbicidas, respetamos los insectos, abonamos nuestros viñedos con hierba, sembramos plantas en lugar de abonos, trabajamos en armonía con los ciclos de la luna...