La historia de Tenuta Mara comenzó el día en que Giordano Emendatori decidió hacer realidad una de sus grandes pasiones, la del vino, dedicándose al diseño y la construcción de una finca que bautizó con el nombre de su esposa Mara, la que siempre ha sido su importante apoyo en todas las aventuras de su vida. Tras adquirir el terreno en el año 2000, pasaron cinco años hasta que se pudo plantar el viñedo: siete hectáreas expuestas al suave sol de Romaña. Una zona cercana al pueblo de colina de San Clemente, dedicada a una gran variedad de uva italiana: la Sangiovese. Visitar Tenuta Mara significa vivir una experiencia vinícola extraordinaria, única en su género. Un recorrido de unas dos horas que, partiendo del parque y las obras de arte 'en plein air', se adentra en el viñedo, donde nacen y crecen las uvas que se convertirán en 'MaraMia'. Por el camino, le arrullará el sonido de las notas de Mozart esparcidas a lo largo de las hileras de viñas por un sofisticado sistema de altavoces BOSE, así como el piar de los numerosos pájaros que pueblan la finca, un auténtico oasis natural, símbolo de un ecosistema perfecto construido con gran maestría a lo largo de los años.
En el interior, la visita comienza en la espléndida sala de música desde la que, a través de una escalera que es también una obra de arte, se accede a los lugares "sagrados" del vino: la Tinaia, la Cantina y la Bottaia. Una maravillosa experiencia sensorial que finaliza con la degustación del protagonista indiscutible de esta espléndida y única realidad: el MaraMia.
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