Nuestra familia, según Repetti, llegó a Ghizzano hacia finales del siglo XIV. La viña y el olivo fueron enseguida el centro de la actividad en las distintas explotaciones que hoy componen la empresa. Durante siglos produjeron "en el surco de la tradición". Esa cualidad segura y sólida de "las cosas bien hechas", como se dice por estos lares. Pero sin atreverse nunca, sin intentar subir el listón. En los años 80, en nuestra zona, la agricultura, pero sobre todo la viticultura, atravesaba una gran crisis. La sobreproducción de uva daba lugar a un vino de mala calidad. Los precios ridículos ni siquiera cubrían los costes de producción. Muchos de nuestros vecinos arrancaron sus viñedos, y algunos incluso acabaron vendiendo sus explotaciones. Fue entonces cuando nuestro padre Pierfrancesco decidió ir contracorriente e invertir en el viñedo y la bodega para intentar dar el salto de calidad. El objetivo en aquel momento era poder producir un vino "serio", quizás en pequeñas cantidades, pero capaz de hacer frente al mercado. La añada de 1985 vio nacer Veneroso, nuestro primer vino embotellado que lleva el nombre de uno de nuestros antepasados, Veneroso Venerosi, que fue el primero en entregarse en cuerpo y alma al campo. De las antiguas plantaciones de viñedo de los años setenta, que sólo contaban con 2.500 plantas por hectárea, hemos llegado poco a poco a tener 20 hectáreas de viñedo, el 85% de las cuales replantadas, la primera en 1989 a 4.500 plantas/ha, la segunda de 1999 a 2003 a 6.600 plantas, y la última en 2006 a 5.000 plantas Ghizzano es un pequeño pueblo de ladera, a unos 200 metros sobre el nivel del mar, situado en la costa toscana, a 40 km de Livorno y a 40 km al sur de Pisa. La bodega y la almazara se encuentran alrededor de la torre construida por la familia Venerosi Pesciolini en 1370. Nos encontramos en la zona conocida como Colline Pisane, que comprende un grupo de colinas al sureste de Pisa. Ninguna de estas suaves y onduladas colinas supera los 200 metros: el paisaje es suave y el clima templado porque está mitigado por las brisas marinas, sin grandes extremos de temperatura ni grandes riesgos de heladas primaverales. El suelo es un compuesto muy interesante. La zona estuvo antaño sumergida por el mar y el terreno sigue siendo rico en conchas fósiles. De origen plioceno, tiene una textura areno-limosa-arcillosa. La propiedad de Ghizzano cuenta actualmente con unas 350 hectáreas, 20 de las cuales están plantadas de vid, 20 de olivos, 150 de cereales y 150 de bosques y alamedas. Nuestro objetivo es seguir invirtiendo en un camino de viticultura y agricultura natural para dar al mercado productos, limitados en cantidad pero de la máxima calidad, respetando las expresiones que el vino y el aceite pueden dar en este territorio, sin traicionar el estilo, la elegancia y la riqueza de fragancias de estas suaves colinas. Produciendo quizás muy poco pero muy bien... en nuestro vino y sin dejar nunca de creer en él. Desde 2003 nos hemos convertido a la agricultura ecológica y desde 2008 contamos con la certificación oficial de la organización Suolo e Salute. Desde 2001 iniciamos también nuestra actividad de agroturismo: hemos reformado cuidadosamente algunas masías, amueblándolas con mobiliario familiar, para ofrecer una hospitalidad "cálida", pero siempre bajo el signo de la calidad y la elegancia. Creyendo profundamente en el respeto al lugar donde desarrollamos nuestra actividad, nos hemos adherido también, desde la añada 2006, al "Proyecto de calidad para la repoblación autóctona de las especies faisán, perdiz y liebre" promovido por nuestra Administración Provincial de PIsa. El objetivo es recrear, mediante operaciones de mejora agroambiental, control especial de predadores y aumento de abrevaderos y comederos, una fauna autóctona, especialmente de aquellas especies como el faisán, la perdiz y la liebre, que han disminuido significativamente en nuestros campos durante años repoblados únicamente con fauna de granja.
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