En 1772, Phillippe Clicquot, perteneciente a una familia de banqueros y comerciantes textiles, compró varios viñedos y decidió fundar una bodega con el nombre de la familia. En la etiqueta se encuentran el ancla, el cometa y la etiqueta amarilla, y ésta es la historia que hay detrás de los símbolos de la casa Veuve Clicquot.
El ancla, símbolo cristiano de esperanza y rigor, fue elegida en 1798 por Philippe Clicquot, fundador de la Casa, como marca de corcho, único distintivo antes de que aparecieran las etiquetas. Como símbolo de esperanza, el ancla era un emblema perfecto para un joven emprendedor con fe en la prosperidad de su recién fundada empresa. Madame Clicquot siguió utilizando la misma etiqueta de corcho cuando asumió la dirección de la Casa en 1805. Manteniendo la acústica a lo largo de los siglos, Veuve Clicquot Ponsardin permanece fiel a los signos y símbolos de sus raíces. El cometa: lo que muchos consideran un signo auspicioso de un año excelente para la vendimia, un cometa apareció en el cielo de Champaña en 1811. Madame Clicquot utilizó las uvas de esta "vendimia cometa" para elaborar los excepcionales "Vins de la Comete", que consolidarían la reputación de excelencia de la casa en todo el mundo. Al igual que una estrella, el símbolo del cometa ha permanecido para velar por el destino de la Casa Veuve Clicquot Ponsardin. La etiqueta amarilla: en 1873, un vino de la cosecha recibió un "vestido especial", una etiqueta amarilla. En 1876, la añada "Dry" en el mercado británico también es amarilla... el amarillo es la marca de las añadas especiales de vino seco para el mercado anglosajón. Agentes y clientes exigen ahora este signo original. La etiqueta amarilla "V. Clicquot P. Werle" es presentada por Edouard Werle el 12 de febrero de 1877. El lema de la Casa es: "Una calidad, la más bella". Un corto linaje de sólo 10 "Maestros Bodegueros" ha dirigido esta búsqueda de la calidad, asegurando así la continuidad del estilo Veuve Clicquot: fuerza y complejidad.
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