La familia Cecchi ha acompañado, a través de la sucesión de generaciones, el curso histórico del vino italiano, que ha pasado de ser un producto campesino a convertirse en una marca de excelencia nacional, conocida y apreciada en todo el mundo. La historia de la familia Cecchi es sencilla. En 1893, Luigi Cecchi, gracias a sus cualidades como catador de vinos, dio origen a la dinastía que aún hoy es conocida y valorada por la producción de vinos de calidad. Ya en los años treinta, el nombre de la familia traspasó las fronteras nacionales, desencadenando un crecimiento imparable. En los años setenta, la familia se trasladó al municipio de Castellina in Chianti, zona histórica de producción del Chianti Classico, donde estableció una ruta de producción que todavía hoy es garantía de calidad constante. A finales de los ochenta y principios de los noventa, la familia decidió abarcar otros territorios: San Gimignano, donde produce Vernaccia, y Maremma, con su Morellino. Hoy en día, la Familia Cecchi representa aquí uno de los nombres líderes tanto por la extensión de los viñedos como por la calidad de los vinos. Así llegamos al año 2000, un año significativo en el que se cruzan las fronteras regionales para invertir en Umbría, en la zona de Montefalco y en el vino que aquí se produce: el Sagrantino. En 2015, Cesare y Andrea, la cuarta generación de la Familia, deciden invertir de nuevo en el Chianti Classico, donde adquieren la histórica Villa Rosa. De estos viñedos nacerán vinos cuya frescura y mineralidad serán fiel expresión de la tierra de la que proceden
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